Camilo José Cela


Camilo José Cela Trulock. (1916 - 2002). Escritor y académico español, galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Natural de Iria Flavia (La Coruña), en 1925 su familia se traslada a Madrid. Antes de concluir sus estudios de bachillerato enferma y es internado en un sanatorio de Guadarrama (Madrid) durante 1931 y 1932, donde emplea el reposo obligado en largas sesiones de lectura.
En 1934 ingresa en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Sin embargo, pronto la abandona para asistir como oyente a la Facultad de Filosofía y Letras, donde el poeta Pedro Salinas da clases de Literatura Contemporánea. Cela le muestra sus primeros poemas, y recibe de él estímulo y consejos. Este encuentro resulta fundamental para el joven Cela, que se decide por su vocación literaria. En la facultad conoce a Alonso Zamora Vicente, a María Zambrano y a Miguel Hernández, y a través de ellos entra en contacto con otros intelectuales del Madrid de esta época. Antes, en plena guerra, termina su primera obra, el libro de poemas Pisando la dudosa luz del día.
En 1940 comienza a estudiar Derecho, y este mismo año aparecen sus primeras publicaciones. Su primera gran obra, La familia de Pascual Duarte, ve la luz dos años después y a pesar de su éxito sufre problemas con la Iglesia, lo que concluye en la prohibición de la segunda edición de la obra (que acaba siendo publicada en Buenos Aires). Poco después, Cela abandona la carrera de Derecho para dedicarse profesionalmente a la literatura.
En 1944 comienza a escribir La colmena; posteriormente lleva a cabo dos exposiciones de sus pinturas y aparecen Viaje a La Alcarria y El cancionero de La Alcarria. En 1951 La colmena se publica en Buenos Aires y es de inmediato prohibida en España. En 1954 se traslada a la isla de Mallorca, donde vive buena parte de su vida. En 1957 es elegido para ocupar el sillón Q de la Real Academia Española. Durante la época de la transición a la democracia desempeña un papel notable en la vida pública española, ocupando por designación real un escaño en el Senado de las primeras Cortes democráticas, y participando así en la revisión del texto constitucional elaborado por el Congreso.
En los años siguientes sigue publicando con frecuencia. De este período destacan sus novelas Mazurca para dos muertos y Cristo versus Arizona. Ya consagrado como uno de los grandes escritores del siglo, durante las dos últimas décadas de su vida se sucedieron los homenajes, los premios y los más diversos reconocimientos. Entre estos es obligado citar el Príncipe de Asturias de las Letras (1987), el Nobel de Literatura (1989) y el Miguel de Cervantes (1995). En 1996, el día de su octogésimo cumpleaños, el Rey don Juan Carlos I le concede el título de Marqués de Iria Flavia. 
La literatura de viajes ha dado algunos de los mejores textos de la creación universal, y especialmente cuando nos referimos a un autor con obra en el género de la talla de la de Don Camilo José Cela, que escribió varios libros de viajes: Viaje a la Alcarria (1948), Ávila (1952),Del Miño al Bidasoa (1952), Judíos, moros y cristianos (1956), Primer viaje andaluz (1959), Páginas de geografía errabunda (1965), Viaje al Pirineo de Lérida (1965), Madrid (1966), Barcelona (1970), Nuevo viaje a la Alcarria (1986) y Galicia (1990).

Dos de ellos están dedicados a Ávila. El primero, Ávila (1952), es un folleto con fotografías de tan sólo 25 páginas donde propone algunos itinerarios turísticos. Hay un momento en el que habla del carácter de las personas, como si todos los habitantes de esta ciudad fueran del mismo signo de horóscopo:
«El hombre de Ávila es de carácter sobrio, seco en sus manifestaciones pero entrañable en sus afectos, serio, poco amigo de ostentaciones, de firme palabra y de ademán contenidamente rendido. La mujer es honesta, discreta, silenciosa, servicial, amable y nada espectacular, aunque de gesto dulce y elegante.» 
El segundo, Judíos, moros y cristianos (1956), lleva por subtítulo “por Ávila, Segovia y sus tierras” [estudio pormenorizado en pdf]. Una sensación transmitida con gran naturalidad y aplomo desde las páginas de este libro a través de sus diálogos. Porque el Cela de ‘Judíos, moros y cristianos’ se asemeja a un conversador profesional de esos tan frecuentes en tugurios y tabernas, capaces de iniciar una interminable charla con forasteros y parroquianos por igual, empático con el entorno y simpático con las debilidades humanas. Una de esas personas que, cuando llegan a nosotros, poco tardan en convencernos de su gran semejanza y total empatía con nuestra causa: pues escuchan con atención, replican con inteligencia, reprenden con suavidad y aportan con sabiduría incluso ante las más excéntricas diatribas.


Colaboradores: Lucía García, Giuliano Filipigh, Carmen López y Ainoa Sánchez.